sábado, 9 de junio de 2007

always ready

Que debe uno pensar cuando tu mente simplemente te abandona; cuando realmente necesitas una idea o una buena respuesta; cuando tienes que decir algo; la oportunidad esta ahí, sabes que lo único que tienes para bien o para mal es lo que de alguna manera logres sacar de tu cabeza y poner en palabras, que el momento importa pero las palabras son lo que se recuerda.

Y ahi está tu mente en blanco las ideas en un espagueti imposible de ordenar lo suficente para que tenga sentido, so you say something stupid of course... and it works !!! so you start wondering ... Que tal que en lugar de esa fase idiota hubieras dicho algo inteligente, meaningful, realmente un iniciador de conversación y por supuesto para ese momento de nuevo es tiempo de que digas algo de nuevo (AHHH!!!) pero como pasaste todo el tiempo pensando en la estupidez que dijiste NO ESCUCHASTE, asi que ahora tomas tu tiempo para recodar las palabras que oiste pero no escuchaste, armas el contexto, pones tus ideas en orden y contestas ...

Sí , claro todo ese tiempo y lo único que sale de tu boca es un simple e imposible de extender "sí" , obvio para este momento todo es evidente y el silencio cae. Naturalmente tomas el tiempo para reflexionar de nuevo en el porque, como y las consecuencias del silencio y en ese momento la oportunidad se va.

Se pierde todo, la atención del interlocutor, tu confianza y trístemente todo eso pasa de una manera que complica cualquier futuro intento de lograr ese objetivo tan facilmente planteado pero tan dificil de realizar: comunicarse.

Supongo que la moraleja fácil es "vive el momento" but then again si buscaras moralejas fáciles o pudieras vivir el momento no habrias tenido la crisis de SOBREracionalización que irónicamente termina con una mente vacía y una boca abierta de la que no salen las ideas.

No, la moraleja va más allá del momento lo importante para alcanzar a alguien sea por propio interés o por un deseo legítimo de penetrar en otras cabezas es escuchar, cuando uno escucha las ideas de un tercero es inevitable la comparación con las propias y de esta comparación cuando se da en un plano honesto surgen de manera natural los resultados que permiten que realmente las conversaciones conecten las mentes de los participantes.

La belleza del asunto es que también funciona para aquellas palabras que salen de tu boca, el escucharse a uno mismo tiene el valor insustituible de la conciencia en nuestras propias ideas, permite que al hablar reflexionemos sobre el valor de nuestros argumento y podamos así inspirar en aquellos que nos escuchan (if any) el verdadero peso de lo que de alguna manera logramos articular.

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